El síntoma más habitual y característico, lo que nos permite su detección, es el sangrado de las encías, que pueden sangrar espontáneamente sin causa aparente o bien después del cepillado. La causa de estas molestias es principalmente la placa bacteriana aunque también existen causas especiales como puede el embarazo, la pubertad, la ingesta de anticonceptivos orales o la utilización de máscaras de respiración oral.
Para tratar y prevenir sólo hace falta mantener unos hábitos de higiene bucal correctos y sostenidos en el tiempo. Si ya padecemos gingivitis es fundamental eliminar la causa que la provoca, es decir, la placa dental, por ello tanto el paciente como el dentista deben llevar un exhausto control. En algunos casos hasta se puede realizar un tratamiento para poder retirar el exceso de encía.
Fuente y fotografía: Clínica Esteban
|